Session 8

John 2

From El Estudio de Juan en 21 Dias

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John 2

No es necesario ir muy lejos para descubrir milagros a nuestro alrededor. Muchas veces no los notamos porque nos parecen cosas naturales y comunes. Convertir el agua en vino, de un momento a otro, no es un milagro mayor que cuando esto ocurre naturalmente. A fin de cuentas, Dios provee a través de la cosecha y la fermentación del vino. Él hace que esto suceda naturalmente.

Cuando un milagro se realiza repentina o instantáneamente, somos más propensos a notarlo y darle mayor valor, aunque el hecho en sí ya tenga su valor. Por ejemplo, es un milagro cuando la comida llega hasta nuestro estómago. Todo comienza con una semilla que se siembra, es alimentada a través de la tierra, con el paso del tiempo llega el momento de cosecha; cocinamos para comerla, entra en nosotros para convertirse en el combustible de nuestro cuerpo.

Día con día, agradecemos a Dios por proporcionarnos comida, sin embargo, esto no lo consideramos un milagro. Imagina a un hombre que tomara un poco de comida y lograra multiplicarla, lo suficiente para alimentar a todo tu pueblo. Con un acto así de rápido y e inesperado, la sorpresa y emoción que sentiríamos, sería enorme.

Si la vida consistiera en, tan solo, plantar y cosechar, estaríamos tentados a considerar a ese hombre nuestro rey. Quizá es por ello que Jesús recrimina rápidamente a los que sólo buscaban esa clase de milagros; únicamente buscan recibir, olvidando a aquel que les provee, lo que conlleva a la perdida de ambas cosas.

Por ello, no dejemos de lado lo que Dios hace a nuestro alrededor, pero sobre todo, no lo perdamos a Él. Dios siempre se manifiesta en nuestro entorno para atraer nuestra atención y enfocar nuestra vida hacia él.

  1. ¿Qué aprendiste de Jesús en este capítulo?
  2. ¿Qué milagros ocurren a tu alrededor que pasas por alto?
  3. ¿Qué puedes hacer para demostrar tu profundo agradecimiento a Dios?

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